viernes, 19 de junio de 2009

12

Sólo la extnsa capa de polvo que se difuminaba lentamente tras ese mundo interior determinado por la imaginación y el poder de la mente podían justificar lo que había permitido, a ese ser que yo considero mi mejor amigo, a cometer semejante abominación. Estoy escribiendo estas líneas porque debo contárselo a alguien, y ya no confío en él...

No hay comentarios:

Publicar un comentario